Anoche iba paseando por una ciudad que vamos a a llamar G...o mejor C...o mejor L...o tal vez S.F. y me crucé con una persona que iba gritando: ¡CINÉFILOS GUASONES! ¡NO TOCARME LOS COJONES!, al tiempo que agitaba las manos de manera compulsiva por encima de su cabeza. Inicialmente he de reconocer que me espantó, y pensé cruzarme a la acera de la izquierda (sí, ella venía, como dicen en mi pueblo, a contraflecha, de manera incívica e in-educada). Pero finalmente me repelió cambiarme de acera, y opté por preguntarle que le pasaba. Según su versión, estaba en su casa, visionando tranquila e insospechadamente una película o film, y le asaltó el impulso incontenible e inexplicable de salir corriendo a la calle y vociferar, inopinada e inextricablemente, el susodicho lema. Para mi asombro, esta narración la explicitó de una manera razonable e incluso amena. Así que decidí sin ambages preguntarle el título de semejante película o film. LA GUÍA DEL AUTOESTOPISTA GALÁCTICO, exclamó, y se quedó tan Francisca, por no decir Pancha. La curiosidad venció a la timidez, y con gran candidez exclamé: ¿y de que va?. De una manera extraña, por no decir in-solita, me soltó el subsiguiente chorizo: http://es.wikipedia.org/wiki/The_Hitchhiker%27s_Guide_to_the_Galaxy, y continuó su alocada e imparable carrera, al tiempo que retomaba su imprecación inicial.
Seguí con mi agradable e idílico paseo, y, de nuevo, fuí objeto de un suceso de lo más sorpresivo, por no decir sorprendente. Tres personas adultas, y en apariencia, en uso de razón, señalaban hacia el cielo mientras se carcajeaban de forma entrecortada a la vez que procaz. Contra toda mi costumbre y hábito cultivado durante casi 30 años, me acerqué a ellos y les inquirí, amigablemente, cual era la causa de semejante estado. Mi pregunta, que sin ser dicharacha era atrevida, generó gran estupor y al unísono exclamaron: ¿Pero no lo has visto?. ¿El qué?, hube de vocear, al tiempo que les exhortaba a que entrasen en más detalle. ¡Sin GUÍA ni rumbo alguno, acaba de pasar un AUTOESTOPISTA GALÁCTICO!. A lo que contesté: ¡CINEFILOS GUASONES! ¡NO TOCARME LOS COJONES!.
Para mi tranquilidad, en ese momento salté por encima de la cama, y desperté de la pesadilla...
Imagen onírica del episodio 2: El Ataque de los Clones