Érase una vez un muchacho que tuvo que emigrar a tierras lejanas. La Navidad, en el lugar en el que vivía, era muy gélida.
Era un lugar muy grande –la jungla de hormigón le llamaban-. Allí vivió aventuras navideñas difíciles de narrar.
De cualquier modo, el muchacho y su compañera siempre recordaban a sus amigos cinéfilos del sur, a los que deseaban, por cierto, una NAVIDAD DE CINE¡ También deseaban que dicho deseo se hiciese extensivo a todos los miembros de esa institución con nombre de refresco¡¡
To be continued....
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